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Su rostro nublándose poco a poco hasta desaparecer de mi vista. Puedo escuchar los latidos de mi corazón, a pesar de mi fuerte e irregular respiración. Me percato de que no puedo moverme, mi visión es borrosa, no distingo sonidos. Me agita con fuerza, quiero decirle que pare, intento gritar pero es inútil, mi garganta no emite ningún tipo de sonido. Estoy atrapada en mí misma… ¿Cuándo terminará esto? Es decir, ¿algún día acabará? No lo sé. Existen grandes posibilidades de que muera, mi respiración se está dificultando, me aferro a la vida con todas mis fuerzas y después lo veo acercándose a mí, me asegura que todo estará bien. Solo está el. Nada ni nadie más que él en mi mente. ¿Morí o es un sueño? Paz, eso es lo que siento al verlo.
María José García Moncada
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