miércoles, 1 de febrero de 2012

CAPÍTULO 19






-Antes de irnos, ponte esto. - me dice Kyle lanzándome una especie de brazalete color negro con una pequeña pantalla.

-¿Qué es? - pregunto.

-Un rastreador, sólo por seguridad.

-¿Para qué es este botón? - pregunto señalando a un pequeño círculo color rojo.

-Si hay problemas, lo oprimes, nos rastrean y envían rescate.

-Oh.

Me abrocho el brazalete, guardo mi navaja en mi bolsillo y me siento en el sillón de la sala para esperar a Kyle.

-Langrock me dijo que te diera esto de su parte. - dice Kyle dándome una pequeña cajita con envoltura color tinto. Mi color favorito.

Al abrirla hay un collar de cristal en forma de rombo y una nota. Tomo primero la nota y leo:

"Para ver debes sentir. Godfrey Langrock."

-¿Para ver debes sentir? - pregunto dudosa. ¿Será alguna especie de acertijo que deba resolver o descubrir o sólo un simple pensamiento que me quiso compartir este anciano hombre?

-¿Qué? - pregunta Kyle y le muestro la nota. Niega con la cabeza. Guardo la nota y saco el collar, lo admiramos y Kyle me ayuda a ponérmelo. Es hermoso.

-¿Lista?

-Espera. - le digo y tomo la caja con la nota para guardarla en mi cómoda. -Lista.

Kyle me dirige una gran sonrisa y extiende su mano en mi dirección, la tomo y salimos de la habitación con nuestras mochilas.

-¿Cómo llegaremos al bosque? - pregunto mientras pasamos por el vestíbulo. Kyle ríe un poco y dice:

-Ya verás.

Salimos por las grandes puertas y nos dirigimos a los jardines. Ahí nos encontramos con Amber que está tarareando una melodía mientras posa su nariz de flor en flor para apreciar su dulce fragancia.

-Oh, Ginger, ¿qué tal? – dice Amber jubilosa.

-Amber.

-¿Cómo estás? – pregunta, viendo a Kyle con curiosidad.

-Bien, ¿y tú?

-Muy bien, gracias. Por cierto, felicidades. - me dice y me da un abrazo. ¿Cómo lo sabe?

-Gracias, Amber. - le agradezco y sigo mi camino con Kyle.

-¿Cómo lo sabía? – pregunta Kyle cuando pasamos el lago, caminando en sentido contrario a la Cápsula Deportiva

-Eso mismo me pregunto yo. – confieso.

Llegamos a un humilde establo de mediano tamaño, hecho de madera desgastada por el paso del tiempo. Al descubrir lo que hay dentro me quedo sin palabras y me llevo una mano al corazón.

-¿Y bien? - pregunta Kyle dudoso.

-No puedo creerlo. - digo con una amplia sonrisa en mi rostro.




María José García Moncada


2 comentarios:

  1. Un blog lleno de creatividad.Una prosa ágil y envolvente.T sigo.T invito aseguir mi blog.Saludos poéticos.

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  2. Muchas gracias por leer. Y por supuesto, ya mismo te sigo

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