-Antes de irnos, ponte esto. - me dice Kyle
lanzándome una especie de brazalete color negro con una pequeña pantalla.
-¿Qué es? - pregunto.
-Un rastreador, sólo por seguridad.
-¿Para qué es este botón? - pregunto señalando
a un pequeño círculo color rojo.
-Si hay problemas, lo oprimes, nos rastrean y
envían rescate.
-Oh.
Me abrocho el brazalete, guardo mi navaja en
mi bolsillo y me siento en el sillón de la sala para esperar a Kyle.
-Langrock me dijo que te diera esto de su parte. - dice Kyle dándome una pequeña cajita con envoltura color tinto. Mi color favorito.
Al abrirla hay un collar de cristal en forma de rombo y una nota. Tomo primero la nota y leo:
"Para
ver debes sentir. Godfrey Langrock."
-¿Para ver debes sentir? - pregunto dudosa. ¿Será
alguna especie de acertijo que deba resolver o descubrir o sólo un simple
pensamiento que me quiso compartir este anciano hombre?
-¿Qué? - pregunta Kyle y le muestro la nota.
Niega con la cabeza. Guardo la nota y saco el collar, lo admiramos y Kyle me
ayuda a ponérmelo. Es hermoso.
-¿Lista?
-Espera. - le digo y tomo la caja con la nota para
guardarla en mi cómoda. -Lista.
Kyle me dirige una gran sonrisa y extiende su
mano en mi dirección, la tomo y salimos de la habitación con nuestras mochilas.
-¿Cómo llegaremos al bosque? - pregunto
mientras pasamos por el vestíbulo. Kyle ríe un poco y dice:
-Ya verás.
Salimos por las grandes puertas y nos
dirigimos a los jardines. Ahí nos encontramos con Amber que está tarareando una
melodía mientras posa su nariz de flor en flor para apreciar su dulce
fragancia.
-Oh, Ginger, ¿qué tal? – dice Amber jubilosa.
-Amber.
-¿Cómo estás? – pregunta, viendo a Kyle con
curiosidad.
-Bien, ¿y tú?
-Muy bien, gracias. Por cierto, felicidades. -
me dice y me da un abrazo. ¿Cómo lo sabe?
-Gracias, Amber. - le agradezco y sigo mi
camino con Kyle.
-¿Cómo lo sabía? – pregunta Kyle cuando pasamos el lago, caminando en sentido contrario a la Cápsula Deportiva
-Eso mismo me pregunto yo. – confieso.
Llegamos a un humilde establo de mediano
tamaño, hecho de madera desgastada por el paso del tiempo. Al descubrir lo que
hay dentro me quedo sin palabras y me llevo una mano al corazón.
-¿Y bien? - pregunta Kyle dudoso.
-No puedo creerlo. - digo con una amplia sonrisa en mi rostro.
María José García Moncada
Un blog lleno de creatividad.Una prosa ágil y envolvente.T sigo.T invito aseguir mi blog.Saludos poéticos.
ResponderEliminarMuchas gracias por leer. Y por supuesto, ya mismo te sigo
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