sábado, 3 de marzo de 2012

CAPÍTULO 23




-¿Usted conoce a mi madre? – pregunto extrañada.

-¡Por supuesto! – exclama. – Excepcional mujer. Gracias a ella los elfos dejamos de ser esclavos. En la antigüedad los elfos solíamos ser sometidos a trabajos crueles.

¿Cómo es que no sé nada de lo que hace mi madre? A decir verdad me siento orgullosa de ella a pesar de que jamás hemos tratado demasiado, pero no puedo evitar sentirme algo triste porque ciertamente no conozco a la mujer que me dio la vida. Sonrío distraídamente.

-¿No habéis venido con ella? – pregunta Asren buscando con la mirada.  Aquí vamos de nuevo.

-No, ella… no vino.

-¿Dónde está? – la voz de Asren se vuelve áspera.

-Yo… no lo sé. – contesto vacilante.

-¿Qué queréis decir?

-Está desaparecida. Junto con toda mi familia.

-¡Qué insolencia! ¿Quién os separó de ellos?

-Yo también quisiera saber eso, señor.

Asren inclina un poco la cabeza y guarda silencio unos momentos.

-Os ayudaré a encontradlos, es mi palabra. – dice serio. Me arrodillo ante él, aunque no estoy segura de si deba hacerlo.

-Gracias.

-Vamos, no merezco que os arrodilléis frente a mí. Poneros de pie. – me ordena Asren. - ¿Quién es el joven qué os acompaña?

Volteo a ver a Kyle, que está mirándonos fijamente y le hago una seña para que se acerque a nosotros. Comienza a caminar y ya que está a mi alcance lo tomo de la mano.

-Oh, ya veo. – exclama con un deje pícaro en su voz.

-Soy Kyle, señor, Kyle Farrow.

-También conocí a vuestro padre, sepáis que también era un humano excepcional. Hacía un gran equipo con vuestra madre. – dice Asren viéndome. – Y me apena mucho vuestra pérdida, joven Farrow.

-Lo sé, señor, conocí a mi padre y no cabe duda que era una gran persona.  – responde Kyle con el pecho hinchado de orgullo.

-¿A qué se debe vuestra visita? – pregunta Asren.

-Verá señor, desde niños escuchábamos historias sobre este bosque.

-Siempre deseamos venir aquí para saber qué tan ciertas eran aquellas historias. – completo.

-Así que quise traer a Ginger aquí, por su cumpleaños. – termina Kyle.

-¿Es vuestro cumpleaños? – me pregunta Asren y asiento. – Hijo, preparad todo para esta noche, hoy haremos una celebración. – le ordena a Durkhar, asiente y sale de la choza.

-Oh, no, no hace falta, señor.

-No me llaméis señor ni una vez más. ¿Qué no podéis ver lo joven que soy? Todavía no me duele nada, no soy tan viejo. – dice sonriente el anciano levantándose de su asiento y encaminándonos a la puerta.

Río un poco, al igual que Asren.

-Jóvenes aventureros. – dice y suspira. - Espero que os sintáis como en vuestro hogar. Sean bienvenidos, podéis hacer lo que queráis y os veo en la noche.



María José García Moncada 

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