-Algo así. Vamos, debemos movernos en esa
dirección. – le digo apuntando a mi derecha y le ayudo a cargar a Kyle. Caminamos hasta encontrarnos con un agujero
bajo las raíces de un árbol.
-Perfecto.
– digo entre dientes. – Ayúdame a meter a Kyle ahí.
Colocamos a Kyle con cuidado en el agujero y
lo cubrimos con un poco de hojas de tal manera que no se vea mucho.
-No hagas mucho ruido, volveremos por ti. – le
susurro. -Trepa ese árbol y yo este. – le ordeno a Nneka apuntando a dos
árboles, uno frente a otro.
Trepo lo más alto que puedo y logro ver a
Kendra y a Grak. Aún no les han hecho nada. “Piensa, Ginger, piensa.” Me digo a mi misma. Lanzo un topkalume lo
bastante grande al punto donde nos encontrábamos anteriormente. Los goblins se
alertan y comienzan a moverse en dirección al fuego. Busco a Nneka entre las
ramas y le doy la señal para bajar del árbol. Una vez en tierra firme, tomamos
a Kyle y lo arrastramos hasta Grak. Miro en todas direcciones mientras
caminamos, asegurándome de que nadie nos sigue. Llegamos al límite del bosque y
Nneka me ayuda a poner a Kyle sobre el lomo de Grak.
-Tú irás en ella. – le ordeno apuntando a
Kendra.
-¿Qué?
-No creerás que te dejaré aquí, ¿o sí?
-No puedo irme. – dice con tono firme.
-¿Cómo planeas llegar hasta la aldea con esas
criaturas asechando a tres metros de aquí? No lo voy a permitir. Irás con
nosotros.
Ayudo a Nneka a montar a Kendra lo más rápido
que puedo.
-Sujétate fuerte, no te preocupes, ella sigue
a Grak. Solo agita un poco las riendas cuando yo avance.
Asiente lo suficientemente insegura como para
darme cuenta de que sí estaba dispuesta a quedarse aquí en medio de esta
emboscada.
Corro hasta Grak y me subo a su lomo
deteniendo fuertemente a Kyle. Vuelvo a escuchar ese ruido metálico que indica
que los goblins se acercan. Mi pulso se acelera nuevamente y agito con fuerza
las riendas de Grak. Se para en dos patas y comienza a correr a toda velocidad.
Me cercioro de que Nneka está siguiéndome y al confirmarlo comenzamos a
elevarnos. Limpio el sudoroso rostro de Kyle, y aparto los cabellos húmedos de
sus ojos.
No puedo creer que hace tan solo unas horas
surcábamos los aires en dirección opuesta sin pensar siquiera en lo que pasaría
en aquel bosque. Kyle emite un quejido y reviso la herida. Mi suéter ya está
totalmente empapado de sangre. Tras algunos minutos de volar, comenzamos a
acercarnos a la Academia. Descendemos hasta llegar al establo, bajo a Kyle del
lomo de Grak con ayuda de Nneka. Guío a Kendra y a Grak hasta sus respectivos
compartimientos, le doy un par de ardillas a cada uno y ayudo a Nneka a cargar
a Kyle. Llegamos a las grandes puertas y las empujo con dificultad, al entrar
está el director Langrock hablando con el profesor Frederick y con alguien más
que no sé quién es.
-¡Santo cielo! – exclama el director Langrock
al vernos entrar. –Reynold, Frederick, lleven a este muchacho a la enfermería
de inmediato.
-Ustedes,
- dice el director viéndonos a Nneka y a mí. - síganme.
Nos
dirige a su oficina y cierra la puerta detrás de nosotras, su rostro refleja
preocupación.
-Tomen
asiento. - nos ordena y sin pronunciar una palabra lo hacemos. Sinceramente no
me siento nada bien. - Ahora, ¿qué fue lo que pasó?
Aclaro
mi garganta y comienzo a relatar con detalle todo lo que sucedió desde que
llegamos al bosque. Cuando termino todos nos quedamos callados, veo de reojo a Nneka,
está muy pálida y siento que en cualquier momento se desmayará.
-¿Coincidencia?
- susurra el director.
-No
lo creo. - respondo firme. – Tal vez sabían que iríamos, que iría yo.
No
sé qué fue lo que intenté decir. Soy una forthem, ¿no es así? Eso significa que
soy un blanco ahora.
María José García Moncada
No hay comentarios:
Publicar un comentario