jueves, 12 de enero de 2012

CAPÍTULO 12





-Pero ¿por qué Holtzman no lo mencionó cuando dijiste lo de las catacumbas?

-Tal vez no lo sabe.

-Creo que sabría si mi hijo lleva desaparecido una semana. - dice en tono burlón.

-Quizá él no. - digo a la defensiva.

-¿Y qué sugieres que hagamos?

-Pues... - suspiro - no sé. Ni siquiera sabemos dónde podría estar.

-¿Crees que podríamos escribirle una carta al presidente Holtzman? - pregunta.

-Tal vez sería lo correcto.

Asiento y me recuesto en el regazo de Kyle intentando dejar todo esto atrás por un momento. Es un atardecer hermoso. Por primera vez, desde que salí de las catacumbas, me siento bien, a pesar de saber todo lo que me espera, por el momento no me preocupa.

-Kyle.

-¿Qué pasa?

-Gracias por estar aquí, conmigo.

Me sonríe y se inclina hasta mis labios para besarme. Es un beso cálido, un beso que sólo puede significar seguridad.

-Vamos adentro. - dice Kyle. Nos levantamos, caminamos por los jardines tomados de la mano, hasta llegar a nuestra habitación. Klaus estaba afuera de la habitación contigua cuando llegamos y al parecer se sorprende al verme tomada de la mano con Kyle. Sólo le sonrío y entramos.

Me doy un baño y me meto a la cama. Kyle me lleva unas galletas y un vaso de leche para cenar. Me da un beso en la frente, me arropa y se va. A penas mi cabeza toca la almohada me quedo dormida.

Muy temprano por la mañana me dirijo a la oficina del profesor Frederick para recibir indicaciones. Me da los buenos días y me entrega un paquete negro que dice "Forthlume" en letra manuscrita.

-Debes usarlo para todos los entrenamientos. - me ordena el profesor - Te espero en el vestíbulo en quince minutos.

Bajo a mi habitación nuevamente para ponerme el uniforme. Es cómodo, color negro y franjas naranjas, de una sola pieza con un cierre frontal. Me pongo las botas que vienen en el paquete y me alisto para ir al vestíbulo.

Comienzo a preguntarme qué estará haciendo Kyle en estos momentos. No estaba en la habitación cuando llegué, ¿entonces?

Cuando llego al vestíbulo me encuentro con los demás forthems, supongo porque usan el mismo uniforme que yo a excepción de las franjas de color, una joven me sonríe y le devuelvo la sonrisa. Creo que ella es viento, porque el color de sus franjas es azul claro. Es alta, cabello castaño, ojos claros y figura esbelta. Supongo que es el tipo de chica al que ningún hombre se puede resistir.

Klaus está hablando con el otro forthem, seguramente del candelabro que pende del techo, puesto que tienen sus miradas fijas en él. A juzgar por las franjas de Klaus, él es agua. El chico con el que habla es de tez algo morena, muy corpulento, cabello oscuro y ojos color miel, es tierra.

-Hola - me saluda una voz muy dulce - soy Amber Blair.

-Ginger Greenwood. - digo en voz baja.

Comenzamos a platicar un poco sobre dónde somos y la forma de vida de nuestro lugar de origen. Compartimos algunos comentarios sobre el castillo y lo bien que se está aquí. Al llegar el profesor Frederick todos guardaron silencio.

-Síganme. - ordena el profesor y lo seguimos fuera del castillo. Pasamos los jardines y llegamos a un domo en forma de media esfera de un pulcro color blanco.

-Conozcan la Cápsula Deportiva, jóvenes - dice Frederick - espero que les guste, porque aquí pasarán la mayoría de su tiempo.

A pesar de que el profesor Frederick es muy amable no me agrada mucho. Quizá me equivoque, es muy pronto para juzgarlo. De cualquier manera, mejor me mantengo alejada de él lo más que sea posible.

Entramos a la Cápsula y está casi desierto. Hay un pasillo a lo largo con varias puertas y escaleras, todo es color blanco. Bajamos las primeras escaleras que hay y nos dirigimos a una habitación pequeña de paredes blancas y sin ventanas.

-Jóvenes, primero se deberán presentar. Nombre completo, lugar de donde vienen y forthem.

-Hans Wolf. Urztul. Forthterra – dice con voz ronca y algo intimidante.

-Amber Blair. Roughlock. Forthvento.

-Klaus Thomsson. Lifstone. Forthaqua.

-Ginger Greenwood. Loomstang. Forthlume. – digo un poco tambaleante.

-Chispita – susurra Klaus y ríe en voz baja. Ignoro que lo escuché y espero indicaciones del profesor.

-En unos momentos llegarán sus entrenadores. Ellos se van a encargar de calcular su condición física. - dice el profesor. Nadie dice nada más.





-Pero ¿por qué Holtzman no lo mencionó cuando dijiste lo de las catacumbas?

-Tal vez no lo sabe.

-Creo que sabría si mi hijo lleva desaparecido una semana. - dice en tono burlón.

-Quizá él no. - digo a la defensiva.

-¿Y qué sugieres que hagamos?

-Pues... - suspiro - no sé. Ni siquiera sabemos dónde podría estar.

-¿Crees que podríamos escribirle una carta al presidente Holtzman? - pregunta.

-Tal vez sería lo correcto.

Asiento y me recuesto en el regazo de Kyle intentando dejar todo esto atrás por un momento. Es un atardecer hermoso. Por primera vez, desde que salí de las catacumbas, me siento bien, a pesar de saber todo lo que me espera, por el momento no me preocupa.

-Kyle.

-¿Qué pasa?

-Gracias por estar aquí, conmigo.

Me sonríe y se inclina hasta mis labios para besarme. Es un beso cálido, un beso que sólo puede significar seguridad.

-Vamos adentro. - dice Kyle. Nos levantamos, caminamos por los jardines tomados de la mano, hasta llegar a nuestra habitación. Klaus estaba afuera de la habitación contigua cuando llegamos y al parecer se sorprende al verme tomada de la mano con Kyle. Sólo le sonrío y entramos.

Me doy un baño y me meto a la cama. Kyle me lleva unas galletas y un vaso de leche para cenar. Me da un beso en la frente, me arropa y se va. A penas mi cabeza toca la almohada me quedo dormida.

Muy temprano por la mañana me dirijo a la oficina del profesor Frederick para recibir indicaciones. Me da los buenos días y me entrega un paquete negro que dice "Forthlume" en letra manuscrita.

-Debes usarlo para todos los entrenamientos. - me ordena el profesor - Te espero en el vestíbulo en quince minutos.

Bajo a mi habitación nuevamente para ponerme el uniforme. Es cómodo, color negro y franjas naranjas, de una sola pieza con un cierre frontal. Me pongo las botas que vienen en el paquete y me alisto para ir al vestíbulo.

Comienzo a preguntarme qué estará haciendo Kyle en estos momentos. No estaba en la habitación cuando llegué, ¿entonces?

Cuando llego al vestíbulo me encuentro con los demás forthems, supongo porque usan el mismo uniforme que yo a excepción de las franjas de color, una joven me sonríe y le devuelvo la sonrisa. Creo que ella es viento, porque el color de sus franjas es azul claro. Es alta, cabello castaño, ojos claros y figura esbelta. Supongo que es el tipo de chica al que ningún hombre se puede resistir.

Klaus está hablando con el otro forthem, seguramente del candelabro que pende del techo, puesto que tienen sus miradas fijas en él. A juzgar por las franjas de Klaus, él es agua. El chico con el que habla es de tez algo morena, muy corpulento, cabello oscuro y ojos color miel, es tierra.

-Hola - me saluda una voz muy dulce - soy Amber Blair.

-Ginger Greenwood. - digo en voz baja.

Comenzamos a platicar un poco sobre dónde somos y la forma de vida de nuestro lugar de origen. Compartimos algunos comentarios sobre el castillo y lo bien que se está aquí. Al llegar el profesor Frederick todos guardaron silencio.

-Síganme. - ordena el profesor y lo seguimos fuera del castillo. Pasamos los jardines y llegamos a un domo en forma de media esfera de un pulcro color blanco.

-Conozcan la Cápsula Deportiva, jóvenes - dice Frederick - espero que les guste, porque aquí pasarán la mayoría de su tiempo.

A pesar de que el profesor Frederick es muy amable no me agrada mucho. Quizá me equivoque, es muy pronto para juzgarlo. De cualquier manera, mejor me mantengo alejada de él lo más que sea posible.

Entramos a la Cápsula y está casi desierto. Hay un pasillo a lo largo con varias puertas y escaleras, todo es color blanco. Bajamos las primeras escaleras que hay y nos dirigimos a una habitación pequeña de paredes blancas y sin ventanas.

-Jóvenes, primero se deberán presentar. Nombre completo, lugar de donde vienen y forthem.

-Hans Wolf. Urztul. Forthterra – dice con voz ronca y algo intimidante.

-Amber Blair. Roughlock. Forthvento.

-Klaus Thomsson. Lifstone. Forthaqua.

-Ginger Greenwood. Loomstang. Forthlume. – digo un poco tambaleante.

-Chispita – susurra Klaus y ríe en voz baja. Ignoro que lo escuché y espero indicaciones del profesor.

-En unos momentos llegarán sus entrenadores. Ellos se van a encargar de calcular su condición física. - dice el profesor. Nadie dice nada más.



María José García Moncada

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