-Tu cuerpo liberó una gran cantidad de energía
que le causó un shock a tu sistema nervioso.
-¿No está Kyle aquí? - digo ignorando lo que
me acababa de decir.
-¿Quién? - pregunta con el ceño fruncido.
-Kyle, mi... amigo. El chico con el que llegué
aquí. - digo dudosa. ¿Qué se supone que somos ahora después de lo que pasó
ayer?
-Entiendo, lo mandaré llamar en cuanto pueda.
Tú te quedarás aquí hasta mañana. - dice poniéndose de pie. Asiento y sale de
la habitación. Mi cabeza da vueltas, y cualquier sonido fuerte o luz me molesta
notablemente. Siempre se me ha dado muy bien eso de desmayarme y los dolores de
cabeza, así que no me alarmo, aunque puede que esta vez sea diferente. Veinte
minutos después llega Kyle seguido por James.
-Ginger. - me llama Kyle con tono preocupado.
-Estoy bien.
Kyle se aproxima a mí y se sienta en el borde
de la cama.
-¿Qué te pasó? - pregunta viéndome.
-Me desmayé, pero estoy bien.
-Claro que ya estás bien, chica. - James
interrumpe y se ríe. - Te dejaré a solas con tu amigo. - dice haciendo énfasis
en la palabra y sale de la habitación.
-¿Qué tal tu primer día? - pregunta Kyle.
-Bien, pero no quiero hablar de mí. ¿Qué
hiciste hoy? - le digo.
-Le hice una visita a Langrock y hablamos
sobre Raymond Holtzman y tu familia. Supongo que le enviará una carta al
presidente para que venga a hablar con nosotros lo antes posible. – dice mientras
toma mi mano izquierda entre las suyas. Se sienten tan cálidas y suaves.
-Oh. ¿Y qué harás el resto de los días mientras yo
entreno? - pregunto. Supongo que deberá hacer algo, puesto que es mucho tiempo
el que pasaré entrenando.
-También hablé de eso con el director.
Recibiré clases de magia y defensa avanzada mientras entrenas, - contesta Kyle
muy emocionado - y el resto del tiempo lo pasaré contigo.
Aunque por como abrió el portal en la bahía,
parecía que ya sabía algo de magia. Kyle es increíblemente inteligente, no creo
que le cueste trabajo aprender.
-Suena maravilloso. - digo sonriéndole. Ahora
que veo a Kyle desde una perspectiva diferente, igual con amor, pero no el tipo
de amor que le tienes a un hermano, me doy cuenta de que es imposible no quererlo,
su sonrisa, sus ojos, su cabello.
Me muevo para que Kyle se acueste a mi lado y
yo me pueda recargar en su pecho. Nos quedamos así hasta que anochece. Una
enfermera me visita esporádicamente para revisar mis signos vitales y llevarme
la comida y la cena. No tengo mucha hambre así que hago que Kyle se coma la
mitad de mi comida cuando la enfermera se va.
-Los jóvenes enamorados. - dice James en tono
burlón y suspira. - Vamos, arriba. Tú no debes llegar tarde a tus clases, - le
dice a Kyle- y tú chica debes seguir tu entrenamiento. Tu uniforme limpio está
en el cajón de la cómoda. Tienes quince minutos.
-Te espero en la habitación después de la
comida, Ginger. - dice, me besa la frente y sale corriendo.
Me levanto, desayuno rápido, me baño y
mientras me visto James toca la puerta.
-¡Ya voy! - exclamo y salgo de la habitación a
trompicones.
-¿Lista? - pregunta James.
-Algo así. - suelto una risita nerviosa.
Espero que hoy no pase lo que ayer o eso de verdad sería mala suerte.
Subimos dos pisos y llegamos a la habitación
en la que entrené el día anterior.
-¿No sirvió lo que hice ayer? - pregunto dudosa
parándome en seco en el marco de la puerta. Temo que la respuesta sea negativa.
-¿Qué te hace pensar que no?
“Bueno, el hecho de haberme desmayado de la
nada quizá”, pienso para mis adentros.
-Pero...
-¿Pero? No hay ningún pero, entra y cierra la
puerta. - me ordena y lo hago.
María José García Moncada
No hay comentarios:
Publicar un comentario