-Bien. - contesto y me recuesto en la segunda
máquina. Al nivel de mis hombros hay un tubo de metal sostenido a cada lado por
una base.
-Pondré pesas en cada extremo. ¿Está bien si
comenzamos con tres kilos? - pregunta James y asiento. Coloca las pesas en
forma de disco en cada extremo.
-Adelante.
Sin mucho esfuerzo hago algunos levantamientos
y James me indica que pare.
-Aumentaré el peso, ¿está bien?
-Sí. - digo y cambia las pesas.
Ahora necesito más esfuerzo para levantarlas
pero logro hacerlo.
-Excelente, Ginger. - me felicita y hace más
anotaciones sobre la pared.
La tercera
máquina es solo tres tubos, dos sobre el piso y el otro sostenido en ellos.
-Engancha tus piernas en el tubo e intenta
levantarte con las manos sobre tu cabeza.
Se me dificulta un poco el poder levantarme,
pero lo logro.
-Listo. - dice James y hace más anotaciones.
Me bajo del tubo y tomo un poco más de agua.
Me siento cansada, hambrienta y quiero ver a Kyle.
-¿Y ahora? - pregunto.
-Ahora la parte más importante. - dice y pasa
su mano sobre la pared de las anotaciones, de abajo hacia arriba y queda limpia
y en blanco de nuevo. -Bien, ahora debemos despertar tus poderes por completo,
y así aprenderás a controlarlos. Esto te puede resultar un poco difícil, pero
no te preocupes. Siempre se puede. - dice James sonriéndome. Aplaude nuevamente
y las máquinas desaparecen por el piso y en su lugar aparecen tres cañones.
Esto no me gusta nada. Veo con cara de preocupación a James y ríe un poco.
-No temas Ginger, estos cañones son de pelotas
de plástico. Ninguna te tocará y si llega a pasar, que es prácticamente imposible,
no te dolerá. Lo juro. - me da una palmada en la espalda y sale de la
habitación.
-¿Me escuchas? - pregunta la voz de James.
-Sí. - contesto.
-Bien, los cañones dispararán una pelota a la
vez hacia ti. De esta manera lograremos que tus poderes despierten por
completo.
-Pero ¿cómo sé que...
-¡Ahora! - me interrumpe James y una pelota de
alrededor de quince centímetros de diámetro es lanzada hacia mí y sucede lo
mismo que pasó en la oficina del profesor Frederick ayer.
Una a una las pelotas son lanzadas hacia mí,
la velocidad comienza a aumentar y yo no sé qué hacer a parte de quedarme ahí parada
esperando, es como si estuviera en automático, no hago nada, ni siquiera pienso
o me enfoco en encenderlas o lo que sea que mis nuevos poderes están haciendo.
Conforme pasa el tiempo, la velocidad de las
pelotas aumenta, así como la cantidad. Algo en mi interior comienza a incomodarse
y un calor abrazador me invade por todo el cuerpo. Cubro mi rostro con mis
manos, mi respiración es irregular y muy rápida. Intento calmarme, siento que
voy a vomitar, estoy mareada. De pronto sólo siento mis manos empuñadas
cubriendo mi rostro y el frío del suelo bajo mi cuerpo.
Me siento aturdida. ¿Qué pasó? ¿Dónde estoy?
Cuando abro los ojos James está sentado en una silla dormido. A juzgar por el olor
y los muebles, creo que estoy algo parecido a un hospital o en la enfermería.
Intento incorporarme, pero me mareo, cierro los ojos y poco a poco me siento en
la cama.
-Oh, Ginger. - dice James aliviado al verme.
-¿Qué pasó? – pregunto con voz seca
-Pues... te desmayaste.
Yo siempre tan oportuna.
María José García Moncada
:DD!! ♥♥♥♥.... !!
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